sábado, 31 de marzo de 2012

Capítulo 1

Unas gotitas de agua empiezan a empañar el cristal de sus gafas. Se ha puesto a llover. Mierda, no llevaba paraguas, pensó.  Ashley apresuró el paso hasta llegar a su casa, al entrar se reencontró con la estampa desolada que había dejado esa mañana al dirigirse al instituto.
-¡Mamá! Ya he llegado a casa- dijo en un tono apagado, pues lo menos que quería era ver la cara demacrada de Angelina, pero como todos los días al llegar a casa, no obtuvo respuesta. Ya, no le preocupaba.
Fue a la cocina y se preparó un sandwich y algo de beber. Al comer se encerró en su dormitorio y encendió el ordenador. Fue directa al reproductor de música y en su habitación empezó a sonar More than this, de One Direction. A continuación se metió en su Tuenti, le esperaba una gran jornada para rolear. Pero en su mente solo había espacio para su soledad, ¿cómo una chica de dieciséis años estaba tan sola? Lo típico de los adolescentes era salir con sus amigos, su pareja, mantener sexo, beber, drogarse, en fin, era su forma de divertirse, aunque Ash no la compartía. Al recordar esto último, abrió uno de los bolsillos de su maleta y sacó una pequeña bolsa de plástico que le había dado, Jake, uno de su clase.
Se acercó a la ventana y empezó a observar el contenido de la bolsa. Esos granitos blancos que había en ella le llamaba mucho la atención. Arena, era arena, simplemente un granito de piedra mezclada con conchas. Y en cambio para ella, eso era como su éxtasis, no porque consumiera arena ni mucho menos, sino porque le hacía recordar a su infancia. Esa etapa de su vida en la que un día fue feliz, en la playa. No como ahora, en pleno Madrid. Aunque agradecía vivir allí solo para olvidarse de lo que algún día le sucedió. Otra vez algo le empañaba sus gafas y le impedía ver. Sus lágrimas. Un llanto silencioso que inundaba su habitación.
De pronto, la lucesita de su ordenador empezó a encenderse, acompañada por un titi. Alguien le estaba hablando por el chat, Jake. Se podía decir que éste era como un amigo para ella.
JK: Hola Ash, ¿qué tal estás?
Ashley:  Mejor, gracias por preguntar :)
JK: Verás, no sé si me estoy metiendo en donde no me llaman pero me gustaría saber por qué te has puesto a llorar hoy en clase.
Ashley: Total, que más da si te lo digo, me parece extraño que nadie te haya ido con el rumor aún. Hoy hacen ocho años, que por mi culpa murió mi hermano.
Más lágrimas inundaban sus ojos, que ya no podía reprimir. Se desconectó y se tumbó en su cama.

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